Comentario
Capítulo 18
De la manera que tenían en elegir los señores
Cuando muría el señor o rey, para elegir otro juntávanse los senadores que llamavan tecutlatoque, y también los viejos del pueblo, que llamavan achcacauhti, y también los capitanes, soldados viejos de la guerra, que llamavan yautequioaque, y otros capitanes que eran principales en las cosas de la guerra, y también los sátrapas que llamavan tlenamacaque o papaoaque. Todos éstos se juntavan en las casas reales; allí deliberavan y determinavan quién havía de ser señor. Y escogían uno de los más nobles de la línea de los señores antepassados que fuesse hombre valiente, exercitado en las cosas de la guerra, osado y animoso, y que no supiese bever vino, que fuesse prudente y sabio, que se ha criado en el calmécac, que supiesse bien hablar y fuesse entendido y recatado y amoroso. Y cuando todos, o los más, concurrían en uno, luego le nombravan por señor, no se hazía esta elección por escrutinio o por votos, sino todos juntos conferiendo los unos con los otros venían a concertarse en uno. Elegido el señor, luego elegían otros cuatro que eran como senadores que havían siempre de estar al lado del señor y entender todos los negocios graves del reino; estos cuatro tenían en diversos lugares diversos nombres. Y al tiempo de la elección, muchos de los que tenían sospecha que los eligerían, se ascondían por no ser electos, por no tomar tan gran carga. Electos los cinco, escogían un día que por la astrología judiciaria fuesse bien afortunado, y llegando aquel día, sacávanlos a público; llevávanlos a la casa de Uitzilopuchtli.
Párrapho primero: de cómo componían a los electos de ornamentos penitenciales y llevávanlos a la casa de Uitzilopuchtli
Llegado aquel día señalado que era bien afortunado, los principales sátrapas ivan a buscar al señor electo y a los otros electos, y tomávanlos, y desnudos los llevavan al cu de Uitzilopuchtli, y delante del cu vestían al señor de las vestiduras con que los sátrapas solían ofrecer incienso delante los dioses, que era una xaqueta de verde escuro y pintada de huessos de muertos, que es a manera de uipil de muger; llamávanle xicolli. Luego le ponían a cuestas colgada de las espaldas una calabaçuela llena de pícieltl con unas borlas verdes oscuras, y poníanle delante la cara una manta verde escura, atada a la cabeça, pintada de huessos de muertos, y poníanle en la mano izquierda una talega con copal o incienso blanco; era también de lienço verde escuro y pintado de huessos de muertos. Y calçávanle unas cotaras también verdes escuras, y poníanle en la mano derecha un incensario de los que ellos usavan, pintado de cabeças de muertos. Y en el cabo del astil llevava colgado unos papeles como borlas. Luego le tomavan los sátrapas y le subían por las gradas del cu hasta llegar delante de la estatua de Uitzilopuchtli. En llegándole, luego tomava el incienso y echávalo sobre las brasas que llevava en el incensario, y començava a incensar a la estatua. Y haziendo esto, tenía la cara cubierta con el velo arriba dicho. Estava abaxo todo el pueblo mirando cómo incensava el señor nuevo, y los ministros de los ídolos tocavan las cornetas y otros instrumentos cuando el señor incensava. De la misma manera hazían los otros electos, que los adornavan como arriba se dixo, y los llevavan a incensar después del señor. Los atavíos con que a éstos ataviaban eran negros y pintados de huesos de muertos.
Párrapho segundo: de cómo hazían penitencia los electos en el templo sin salir de él cuatro días
Después que el señor y los electos huvieron incensado delante de la estatua de Uitzilopuchtli, luego los sátrapas los descendían, llevándolos del braço, por la misma orden que los havían subido, delante el señor, y luego el que era más principal de los otros, ansí por orden, según la dignidad de su elección. Y llevávanlos a una casa donde havían de hazer la penitencia cuatro días, que se llama tlacochcalco o tlacatecco, que estava dentro del patio de Uitzilopuchtli. Allí estavan cuatro días sin salir del patio, y ayunavan todos los cuatro días que no comían sino una vez al mediodía. Y todos los días ivan a incensar y a ofrecer sangre al mediodía y a la medianoche delante de la estatua de Uitzilopuchtli. Llevávanlos los sátrapas de braço con los ornamentos ya dichos, y por la orden ya dicha, y también los bolvían por la misma orden a su aposento. Y todos estos cuatro días, a la medianoche, después de haver incensado y ofrecido sangre, se bañavan en un alberque por hazer penitencia como siempre lo hazían los sátrapas todas las mediasnoches.
Párrapho tercero: de cómo, acabada la penitencia, llevan al señor a los palacios reales, y a los otros a sus casas
Acabada la penitencia de los cuatro días, llevavan al señor y a los cuatro senadores a las casas reales. Y también los cuatro senadores de allí se ivan a sus casas. Luego el señor consultava a los adivinos o astrólogos para que le señalassen un día bien afortunado en que hiziesse la fiesta de su elección, que llaman motlatocapaca. Y luego mandava a sus mayordomos o calpisques que se aparejassen todos los plumajes y adereços del areito que para entonce eran menester.
Párrapho cuarto: de cómo haze el señor un solemníssimo combite
Después de señalado el día donde havían de hazer la fiesta de la elección, si el electo era el señor de México, embiava sus embaxadores a todos los reinos circunstantes desde Cuauhtimallan hasta Michoacan, y desde mar a mar, y venían los mismos señores, o embiavan sus presidentes para asistir en el combite y fiesta de la elección. Todos los combidados estavan juntos algún día antes de la fiesta. El señor tenía aparejado comida y plumajes y mantas y mastles, y otras joyas para dar a los combidados, a cada uno según su manera de dignidad, para entrar en la fiesta y en el baile. A todos les dava plumajes y joyas y atavíos para el baile; y a su hora, davan comida a todos los combidados, muchos platos y diferencias de guisados, y muchas maneras de tortillas muy delicadas, y muchas maneras de cacao en sus xícaras muy ricas, y a cada uno según su manera. También les presentavan cañas de humo de muchas maneras en sus platos, y muchas maneras de flores muy preciosas. Y después de todo esto, muchas mantas ricas y muchos mastles ricos, a cada uno según su persona, y a cada uno ponían en su aposento muy adornado y muy poblado de sillas que ellos usavan, y de esteras, todo nuevo, donde estava el principal y todos los que havían venido con él para acompañarle. En esta fiesta bailavan de noche y de día con gran pompa y con gran aparato, y con cantares de gran solennidad. Esto durava una noche y un día, o dos noches y dos días, o tres noches y tres días, o más. Acabada esta esta solennidad, despedíanse los combidados y ívanse a sus tierras.
Párrapho quinto: de cómo se aparejava el señor para dar guerra a alguna provincia
Después de algunos días que el señor havía hecho la fiesta de su elección, mandava luego a pregonar guerra para ir a conquistar alguna provincia. Y luego juntavan sus capitanes y gente de guerra, y les dava armas y divisas. El mismo señor iva con ellos por su capitán general, ordenando su campo como arriba se dixo. Y después que havía hecho la victoria de aquella provincia que havía ido a conquistar, y después que havía hecho lo que arriba se dixo cerca de la pacificación de aquella provincia, bolvíase a su ciudad, trayendo gran número de captivos, los cuales todos matava, sacrificándolos a Uitzilopuchtli, que es dios de la guerra, y haziéndole gran fiesta por la victoria que les havía dado. Y luego dava dones a todos los soldados nuevos, especialmente a los que havían hecho cosas notables; dávales mantas y mastles labrados, y licencia para que de ahí adelante los usasen; y también les dava licencia para traer barbotes de piedras ricas, y plata y oro, a cada uno como se havía señalado en la guerra. Y dávales nombres de nobles y divisas o armas para que fuessen honrados y conocidos por valientes; también les dava licencia para traer borlas de oro y pluma en las cabeças andando en los areitos.